¿Sabías qué…?
En los cursos de aguas, además de la contaminación por sustancias orgánicas, también encontramos sustancias de origen químico que producen alteraciones y pueden llegar a envenenarlas al entrar en contacto.
Este tipo de contaminación es persistente y no existe un proceso natural que pueda eliminarlas. Por ejemplo, cuando sustancias como el arsénico, plomo, cromo o cobre son volcados en un curso de agua, los organismos que viven en este ecosistema, como peces, plantas acuáticas y microorganismos enferman y hasta pueden morir.
Por eso, es importante controlar la presencia de estas sustancias peligrosas en los ríos, lagos, lagunas y aguas subterráneas.
En el Laboratorio Ambiental de la Dirección de Monitoreo y Laboratorio Ambiental (DiMLA) contamos con un equipamiento de alta tecnología que permite detectar cantidades muy pequeñas de estas sustancias, basadas en los niveles guías de calidad de agua para la protección de la vida acuática, establecidos en la Ley Nacional 24.051.
Poder detectar estas sustancias tóxicas permite llevar a cabo acciones correctivas que permitan proteger la vida acuática.