En 1977 la Organización Mundial de la Salud instituyó este dia como un recordatorio contra la degradación ambiental, muy común en las grandes ciudades industrializadas, y de graves repercusiones para la vida del hombre y el buen estado de los ecosistemas. Las muertes en el mundo por enfermedades respiratorias y cardiovasculares se han incrementado en un 10 por ciento por la alta contaminación atmosférica de las grandes ciudades.